El caso de Reed fue único porque ofreció un depósito concentrado de alta calidad, pero de corta vida; ya que su vida estimada fue de solo cinco años. El plan comprendió diseñar la mina para tener un impacto ambiental muy limitado debido a su ubicación en un área sensible desde el punto de vista ambiental.

Huella pequeña y organizada

El proceso de obtención de permisos para Reed fue riguroso, dada la ubicación de la mina y las inquietudes respecto a los impactos ambientales. Hudbay hizo todos los esfuerzos posibles no solo para cumplir con los requisitos en los permisos, sino para superarlos, en la medida de lo posible.

Por ejemplo, si bien Hudbay obtuvo la aprobación para despejar de árboles 14 hectáreas para el sitio, solo necesitó la mitad del área. El equipo de campo exploró formas de conservar la mayor cantidad posible de árboles, mediante el recorte de ramas, en lugar de talarlos y, a través de la modificación de rutas viales, si ello conllevaba la remoción de menos árboles. En lugar de despejar un rectángulo separado para el sitio, se dejaron sin tocar islas y penínsulas de árboles y vegetación para acelerar la recuperación y revegetación, una vez que el sitio sea cerrado.

La compañía minimizó el número de edificios e instalaciones necesarias para transportar mineral en camiones a la planta concentradora de Flin Flon.

Teniendo en mente los cinco años de vida de la mina, todos los edificios eran portátiles (por ejemplo, remolques) o construidos de forma que puedan ser fácilmente desmontables. El taller de camiones fue la única instalación construida sobre cimientos de concreto. Todos los demás edificios descansaban sobre roca caliza chancada.

El personal del sitio también hizo su parte para limitar los impactos mediante el reciclado y acarreo de desechos y materiales usados fuera del sitio, tan pronto como fuese posible, además de mantener el sitio libre de todo tipo de desperdicios, incluso cigarrillos usados.

Desafíos ambientales cumplidos

Uno de los mayores problemas ambientales que el equipo de Reed tuvo que enfrentar fue el hecho de que la mina fue construida debajo de un acuífero importante. Si el acuífero hubiese sido perforado accidentalmente, el agua hubiese inundado la mina a una velocidad mayor de 1,200 galones por minuto. Para mitigar el riesgo y reducir el volumen de agua que se necesitaría bombear fuera de la mina, se construyó una «cortina de lechada», la cual mantendría la infiltración de agua a un nivel manejable de seis a 10 galones por minuto; para ello se requirieron 19,000 bolsas de cemento.

El equipo trató todo el desmonte de roca que afloraba a la superficie como material con potencial para generar ácido. Cuando se iniciaron las actividades de cierre, el desmonte de roca fue devuelto a la mina subterránea para llenar vacíos y mejorar la estabilidad.

Otra de las preocupaciones fue el impacto de la mina en las poblaciones de animales locales, particularmente el caribú. El apoyo prolongado de Hudbay a la Estrategia de recuperación del caribú de los bosques boreales de Manitoba (plan plurianual que apoya las iniciativas de recuperación y protección de los bosques de caribú en el norte de Manitoba) brindó datos cruciales para el seguimiento de rutas de migración cerca de la mina y evaluar cualquier impacto. Algunos miembros del equipo de campo participaron en el programa de monitoreo del caribú. El sitio también evitó establecer caminos rectos u otros elementos lineales que dieran alguna ventaja a los depredadores del caribú, utilizó generadores silenciosos para mitigar los impactos sonoros y colocó ventiladores subterráneos.

Diseño pensado en el cierre

Tan pronto como cesaron las operaciones en julio de 2018, el equipo pasó a la fase de cierre. La atención a los detalles que prestó el equipo durante la fase de operación les permitió cumplir un gran número de hitos de cierre hacia fines del año.

Todos los edificios fueron retirados, muchos de ellos se reutilizaron o vendieron. El suelo que fue alterado durante la construcción y colocado en reserva se utilizó para perfilar el terreno de acuerdo con la topografía y los patrones de drenaje originales. Las semillas viables de plantas del sitio se plantarán para ayudar a revegetar el área.

En consulta con los funcionarios de desarrollo sostenible de Manitoba, el equipo continuará la recuperación y el monitoreo ambiental, evaluando cada pulgada cuadrada del sitio para confirmar que haya sido limpiado y esté listo para su revegetación.

Un elemento clave que contribuyó al éxito del cierre de Reed fue la continuidad del personal y el conocimiento compartido que aportó experiencia y ejecución de primer nivel durante cada etapa del ciclo de vida de la mina.

Con respecto a las expectativas sobre el futuro del sitio, Jay Cooper, director de Medioambiente de la Unidad de negocios de Manitoba de Hudbay afirma que «Dentro de cinco años, a partir de hoy, las personas que transiten por el sitio notarán que la vegetación luce algo diferente – más pastos y árboles más jóvenes –pero nunca sabrán que alguna vez hubo allí una mina».